¿Qué es la inconstancia?
Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.
Cuando leí este versículo hace algunos años, no entendía su significado. Mi falta de constancia al leer la Biblia no me permitía captar lo que Santiago transmitía aquí. Sin embargo, cuando decidí leer la Biblia, aunque fuera un versículo al día —no importando si estaba enferma, triste, desanimada, sin entender, entendiendo, frustrada o muy eufórica—, comencé a comprenderla y a entender su contexto.
Hoy en día, leer la Biblia es parte de mi vida, es mi rutina y mi deleite. Aunque a veces aún no tenga ganas de leerla, si no lo hago, siento que me falta algo o que no puedo dormir. La decisión de ser constante creó en mí una rutina que ahora no requiere de un enorme esfuerzo para llevar a cabo.
La inconstancia es eso que hacemos o realizamos cuando las emociones te lo indican, no es un patrón o hábito.
Por ejemplo:
- Hacer ejercicio
- Comer sano
- Leer la biblia todos los días
- Orar todos los días
- Estudiar todos los días
- Cocinar para la semana
La real academia española lo indica de esta manera:
- Falta de estabilidad y permanencia de algo.
- Facilidad y ligereza excesivas para mudar de opinión, de pensamiento, de amigos, etc
La biblia lo dice de esta manera:
“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
¿La raíz de la inconstancia?
La inconstancia tiene su raíz en la falta de conocimiento de las cosas a la cual somos o debemos ser constante. Por ejemplo, somos inconstantes al estudiar la biblia porque somos ignorantes a los beneficios que genera. Estudiarla nos renueva totalmente, nos ancla en nuestra identidad.
Los ejemplos los puedes aplicar con la lista antes mencionada. Lo bueno siempre será lo más difícil de hacer porque siempre lo que es bueno viene de Dios y toma esfuerzo.
El origen de tales inconstancias es por no conocer los beneficios que trae eso a lo que somos inconstantes y que sabemos que a la larga nos va a ayudar.
“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos.”
Estas actividades o hábitos (como le quieras llamar) a la cual queremos ser constante, debemos darle tiempo para que se desarrolle, como dice Santiago, es a través de las pruebas que la constancia (sobre todo en Dios) se desarrolla.
¿Por qué no logro ser constante?
El conocimiento de “algo” no te hace accionar, lo que te hace accionar es la motivación, la motivación no te hace ser constante, lo que te ayuda a ser constante es el dominio propio y para tener dominio propio hay que desarrollar la disciplina y la perseverancia.
El dominio propio en otras palabras es la autodisciplina y esta solo se desarrolla de manera efectiva cuando tenemos que ser constante en crear hábitos, sostener rutinas y hacer algo que a la larga nos beneficia. Cuando los sentimientos quieren flaquear es ahí donde la autodisciplina debe ser forjada.
Tu problema no es accionar, es mantener esa acción a largo plazo y es que la sociedad en la que vivimos no saben de la “demora de la gratificación” ya que todo en este tiempo es microonda.
Pregúntate:
¿Qué es lo que deseas lograr?
¿Qué te detiene? Vas a tener que sentarte en esta pregunta por mucho tiempo ya que aquí es donde está la respuesta.
Factores personales limitantes
Acordémonos que somos tripartitos; alma, cuerpo y espíritu.
Las tres no se separan al menos que ya no estés con vida. Cuidar a los tres es tan importante, pero es más importante cuidar de nuestra alma y del Espíritu Santo que ahora habita en ti.
El alma y el espíritu son diferentes. En el alma está nuestras emociones, personalidad, etc.
El estudiar nuestro cuerpo, alma y espíritu y como nos conectamos con Dios en estas áreas, nos acerca mas a conocer mas de Dios. Somos hechos a su imagen y semejanza y en nosotras habita el Espíritu Santo, somos su templo.
“Pero el que se une al Señor se hace uno con él en espíritu”
Hay factores de este mundo pecaminoso que muchas veces nos limitan emocional y mentalmente.
Entre ellas:
- Miedo
- Desanimo
- Depresión
- La sociedad y su influencia
- Nuestro ambiente
- Nuestro círculo
- El no conocerte o analizarte a ti misma
- El miedo al qué dirán
- El miedo al éxito o al fracaso
- El ser rechaza
- Autosabotaje
- Autolimitación
- El síndrome del impostor
Debemos conocer el trabajo interno que Dios quiere hacer en nosotras y estar vigilante a nuestras debilidades y a cuidar nuestro ser interior. La comunicación con Dios es primordial y entender que Dios es Dios y no un mago que te va a responder rápido para tú poder ser constante.
“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.”
Que cosas en ti han hecho que te limites y no puedas ser constante en lo que quieres lograr? Todos podemos lograr todo lo que es bueno porque tenemos a Cristo y él nos fortalece pero debemos ser diligente.
La constancia es media hermana de ser diligente, la biblia habla mucho del diligente en proverbios (Proverbios 10:4, 13:4, 21:5). Debemos ser diligentes y la diligencia se cocina a fuego lento, con acciones constantes que forma el carácter en nosotras y produce el fruto del Espíritu.
Preguntas de autorreflexión
- ¿En qué áreas de mi vida he sido inconstante, y cómo ha afectado eso mi crecimiento espiritual y personal?
- ¿Qué beneficios a largo plazo estoy ignorando por no desarrollar hábitos constantes en lo que sé que es bueno para mí?
- ¿Qué pensamientos, emociones o creencias limitantes necesito confrontar para dejar de sabotear mi constancia y cultivar el dominio propio?
¡Nos vemos en la próxima!
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