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Escuchar una y mil veces que Jesús me ama y que él dio su vida por mí, suena repetitiva cuando no entiendo el significado profundo de tal sentimiento o de tal acción. Lo escuchamos y decimos “Amén” pero en nuestros corazones en verdad no hay un verdadero entendimiento de tales cosas. Callar y seguir nuestras vidas mientras seguimos la doctrina del orar, leer la biblia y congregarse.
¡TE ENTIENDO!
¿Cómo puedo llegar a creer verdaderamente que Él me ama?
¿A quién puedo confesarle que no me siento amada por Jesús?
¿Cómo entender por qué dio su vida por mí?
¿Realmente dio su vida por mí?
¿Es cierto que, aunque solo fuera yo, Él iría a la cruz?
¿Qué valor tengo para creer que eso es verdad?
Tienes muchas preguntas sobre la veracidad de ese sentimiento o esa acción de Jesús, pero ¿Qué pasa si te digo que este sentimiento es más personal de lo que crees?
El corazón humano es un recaudador de sentimientos que profundamente experimentamos y esos son los que nos impactan en la vida. Si nos dan mucho amor desde niños, ese amor se profundiza en el corazón y todo lo que se parece a ese sentimiento se nos hace familiar, lo mismo pasa con sentimientos negativos.
La nueva familia en Cristo
Cuando nos convertimos o nos hacemos cristianos, automáticamente Dios nos adopta a su familia
“Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.”
Efesios 2:19
Los que somos extranjeros sabemos que cuando estamos en otro país fuera del nuestro las culturas son diferentes y tenemos que adaptarnos al modelo de la otra cultura.
Siempre se hace difícil adaptarse porque es un desaprender para aprender de todo lo que antes era normal para nosotras a ser INTENCIONALES en adoptar los hábitos de la nueva cultura.
Así mismo cuando entramos a la familia de Cristo, es desaprender para aprender la vieja naturaleza ese acto lleva un constante recordatorio a la mente de que ahora estamos operando en una familia celestial y tachar la palabra de Dios en nuestros corazones es vital.
“Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo.”
2 Corintios 10:5
Tenemos una identidad nueva en Cristo, ahora nos toca aprender nuevos hábitos, forma de vivir, pensamientos y demás que nos permite parecernos más a la cabeza de nuestro hogar que es Cristo.
¿Cómo hago para creer que Jesús me ama?
La razón por la que explicó que somos adoptados a la familia de Cristo es para que entiendas que ya SOMOS AMADAS, ahora el trabajo de creerlo es nuestro.
Hay un trabajo interno que se debe hacer para poder vivir como una hija amada.
Ya sabes que no eres huérfana, aunque quizás todavía te sientas así, ahora es repetirnos a nosotras mismas que somos amadas.
La vieja confiable de mirarnos al espejo y hablarnos bien SI FUNCIONA: Qué otras personas automáticamente creyeron que JESÚS los ama desde el día uno y no tuvieron que hacer ese ejercicio, pues muy bien por ellos, pero si estás aquí es porque has tratado de creértelo y no te sientes amada.
El creer que Jesús me ama y entender que su sacrificio fue necesario es una DECISIÓN diaria que tenemos que tomar. Contra atacar esos pensamientos que durante años nos mantuvieron esclavos.
Dos versículos que BACK TO BACK lo repito en mi mente y sobre todo en voz alta son:
“En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes.”
-Efesios 4:23
“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.”
-Filipenses 4:8
La decisión de meditar, pensar y decirnos que SOMOS AMADAS todos los días hasta que sea parte de nosotras.
Cuando comenzamos a escudriñar el porqué de la acción de Cristo en la cruz se le llama AMOR, comenzamos a entender y creer que somos amadas.
Pero eso es una DECISIÓN intencional que nos lleva a ACCIONAR intencionalmente. Lo de ser intencional no es para los días donde SI sientes ese amor, si no en los días donde no sientes ese amor y donde los ataques mentales serán más fuertes.
Vamos dejando que el Espíritu de Cristo que ahora habita en nosotras nos renueve nuestra mente, nuestro deber es en los días malos agarrarnos de DIOS, reprender esos pensamientos diciendo, por ejemplo,
“Dejó que el Espíritu de Dios renueva mi mente, en todo lo que viene de arriba medito y no le doy cabida a lo que no es de Dios.”
O repitiendo lo que dice la biblia de nuestra mente y de nosotras en voz alta.
Vendrán siempre ataques mentales más fuertes y es ahí donde es bueno pedirle al Espíritu de Dios que nos ayude y nos fortalezca.
Ya Dios nos dio las herramientas, es nuestro deber usarlas.
Acuérdate siempre reforzar lo amada que eres y repetirte una y otra vez que eres amada en los días buenos para que en los días malos puedas tener ese refuerzo mental.
Resumen
- Se escucha hablar del amor de Jesús, pero creerlo y vivirlo es un proceso y una decisión.
- Somos adoptadas a la familia de Cristo y ya no estás sola.
- Debemos usar las herramientas que Dios nos dio para seguir luchando la batalla de la fe.
Preguntas de autorreflexión
- ¿En qué pensamientos antes meditaba que ahora sé que no son correctos y necesito cambiar?
- ¿Qué he llegado a creer que es verdad en mi vida y quienes me lo han dicho?
- ¿Cómo puedo fortalecerme en los momentos donde más ataques mentales tengo y qué estrategia me funcionaría más en tal momento (repetir un versículo, orar?
¡Nos vemos en la próxima!
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