Porque las iglesias temen hablar del amor propio
En muchas de las iglesias no se habla del amor propio o de aprender a valorarte a ti misma. La creencia común es que se cree que se está imponiendo ese versículo que dice que en los últimos tiempos habrá hombres amadores de sí mismos (2 Timoteo 3:2).
Pero si no aprendemos a amarnos, no sabremos cómo amar a otros (Marcos 12:31). No digo que amemos nuestros pecados, ni que aceptemos que somos como somos y punto.
¡NO! El amarse a uno como Dios nos ama, nos da la oportunidad de evolucionar, cambiar y mejorar nuestro ser para poder llegar a ser perfeccionados poco a poco hasta que la venida de nuestro creador ocurra (Filipenses 3:12).
Cuando aprendemos sobre el amor propio de una manera sana, tenemos la libertad de ir a él como hijos y no como esclavos ni como dioses.
¡La autenticidad de nuestro ser nos da acceso a lo que es de nosotros a través de él!
Al amarnos a nosotros mismo venimos a él con una identidad restaurada. Entendiendo que somos hechos a su imagen y semejanza (Génesis 1:26) aprendemos a ver que cuando nos amamos correctamente, sin ninguna perspectiva distorsionada, vemos más la grandeza de nuestro padre.
Me explico…
PERSPECTIVAS DISTORSIONADAS
- Cuando tenemos mentalidad “esclavos” dejamos que otros dicten nuestras vidas.
- Cuando nos creemos “dioses” no dejamos que Dios cambie nuestras vidas.
Estas dos perspectivas son incorrectas. ¡Si! Fuimos hechos a su imagen y semejanza, a tal nivel que en ese mismo versículo (Génesis 1:26) Dios deja en claro que significa a su imagen y semejanza, recalcando que tenemos el dominio sobre los peces del mar, las aves, las bestias y todo animal.
Ósea hasta en el día de hoy, cuando hay un descubrimiento de alguna especie o cuando nace un bebe tenemos el poder de ponerle nombre. ¡Dios no le pone nombre, nosotros los humanos lo hacemos!
Dios nos dio el privilegio más grande que un ser humano pueda tener. ¡Ahora! Cuando adquirimos unas de las perspectivas de arriba, nuestras vidas comienzan a tomar un rumbo peligroso.
Ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse, analizarse a ti mismo. A ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado (Romanos 12:3).
Debemos mantener un orden al momento de evaluarnos a nosotros mismos para que no caigamos en ninguno de los dos envases que vimos arriba. Dice que hay una medida de fe que Dios nos dio.
Antes de explicar que significa esta medida, quiero aclarar que para muchos cristianos el amor propio es ponerse sobre otros, pero Jesús dijo claramente en Mateo 23:11-13 “El más grande entre ustedes debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.” Dios (perfecto) hizo su palabra (perfecta) para que no caigamos en contextos bíblicos incorrectos.
“La persona que no se valora a sí mismo, no puede valorar nada ni a nadie”
-Ayn Rand
La medida de fe que Dios nos dio
Ahora, volviendo al tema de la medida de fe que Dios nos dio en la biblia, tenemos muchas demostraciones de fe que nos revela algo importante, algo que muchas veces no se toma en cuenta o sale desapercibido.
La medida de fe que habla la biblia no se mide con una cinta de medir, sino con la certeza que obtienes al pasar por una prueba.
La biblia explica la fe de esta manera “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1)
Todos los que están en la biblia tuvieron que tener fe, aun cuando el temor trataba de limitarlos, desde Elías, Abraham, Sara, David, y Jeremías. Cada uno de los que hoy nos referimos en la biblia tuvieron que tener la confianza en Dios para hacer lo imposible posible… Y eso es fe.
Tu fe se determina por tu necesidad, circunstancia o proceso. En ese proceso, comienzas a conocer quien eres en Dios y quién eres en verdad, tu identidad comienza a pulirse, dándole paso al amor propio y al valor que verdaderamente tienes.
Ejemplo de GENTE DE FE en la biblia como referencia
- Juan el bautista
- Pedro (Simón)
- Elías
- Maria y Marta
- Jeremías
- Abraham
- Jacob
- Pablo
- Ester
- Sara
- Jesús
- David
- La mujer del flujo de sangre
¿Qué tiene que ver la fe con el amor propio?
Tiene que ver mucho más de lo que te imaginas, comenzando con el temor. El miedo influye mucho en como actuamos, pensamos, sentimos y hasta en como nos acercamos a Dios.
Cuando pasamos por pruebas, tenemos necesidades o escasez de alguna área básicas en nuestras vidas, que invaden el vivir tranquilamente, pasamos por un proceso de crecimiento donde el temor que hay en nosotros ante esas pruebas, procesos o circunstancias comienza a desvanecer.
Donde hay fe, no puede haber temor, son dos polos opuestos que no pueden habitar juntos en un mismo cuerpo. El temor de las iglesias a caer en el amor propio avaro hace que ellos caigan en el ensimismamiento. Este temor quita la fe que debemos tener en Dios.
El temor de que si vienen a él sin sentirse mal o totalmente no merecedores de nada o peor unos perfectos que no pecan, entonces la oración no hará el mismo efecto.
La fe que es lo opuesto del temor y que se produce a través de pruebas, hace que estas creencias se desvanezcan y comencemos a pulirnos a su imagen y semejanza para venir a él en posición de hijas.
¿Ahora Qué hago?
Tu pregunta no es ¿ahora que hago?, sino ¿cómo sé qué medida de fe tienes? Mira tu prueba, tu circunstancia o tus necesidades. Que te revelan esas cosas de ti, acuérdate que no eres lo que pasas (tu pasado) sino lo que hiciste con lo que te paso. Eres el resultado de tu resiliencia, de tu perseverancia.
¿Quién dice Dios que eres? Acuérdate que Dios no se equivoca, él te hizo y él nunca habla mal de algo que él creó. Si tu conversación interna dice cosas negativas de ti, POR SUPUESTO que no es de Dios.
Pero si tu ser interior dice que eres más o mejor que XYZ persona tampoco es de Dios.
La mejor prueba de tu amor propio es que cuando te mires, digas “¡WOW! Dios se pasa de bueno, quiero compartir lo que siento con otros porque soy una fuente de amor propio que fluye”.
El estado del corazón de cada oveja debe ser trabajado para que el temor de hablar de estos temas se vaya, pero primero los líderes en posición deben trabajar este tema ellos mismos con el señor para poder enseñarlo a la iglesia sin temor… así el pueblo de Dios pueda avanzar creyendo lo que Dios hablo de ellos.
Resumen
- Cultivar el amor propio sano implica ser auténtica y verdadera contigo misma. Debes establecer y comunicar tus propios límites antes de esperar que los demás los respeten. Lo que deseas recibir del exterior, primero debes tenerlo en tu interior.
- Al trabajar en el amor propio sano, dejamos de atraer situaciones y personas que nos dañan y empezamos a tomar decisiones que nos benefician. Este proceso incluye aceptar todas nuestras partes, incluso aquellas que no amamos completamente. Es un compromiso diario, independientemente de si las cosas van bien o mal.
Preguntas de autorreflexión
- ¿Cuáles son las áreas de mi vida donde me siento más insegura y qué pasos puedo dar para mejorar en ellas?
- ¿Cómo puedo ser más compasiva y paciente conmigo misma cuando enfrentó desafíos o cometo errores?
- ¿Qué actividades o hábitos me hacen sentir bien conmigo misma y cómo puedo incorporarlos más en mi rutina diaria?
¡Nos vemos en la próxima!
0 Comments