Siento que me ahogo, me siento deprimida y sin esperanza, ¿Por qué?

Me gustaría enfocarme en la parte más interna de los sentimientos, pero te mentiría si te dijera que nuestros problemas solo pueden ser internos. Quizás las personas en la comunicación, púlpitos o que tienen negocios de motivación te digan que el problema está dentro de ti.

En parte tienen razón, si te capacitas tanto al nivel de que lo externo no te afecte internamente y que puedas avanzar en lo que te propongas a lograr o hacer.

Ahora, puede que los sentimientos de ahogo, desgana o de tristeza sean internos y puedan tener raíces diferentes a las que una persona con miedos de rechazo tenga.

Con esto exhortó a que investigues las raíces de tales sentimientos, siéntate y pregúntate de dónde vienen esos sentimientos, que lo causa y cuando te sientes así.

Es verdad que una persona puede tener familias, amigos, o un/a esposo/a aprendizaje (tóxico/a) y es que algunas veces es difícil salir de situaciones como esas donde dependes hasta emocionalmente de esas personas.

En esos casos es bueno trabajar muy nuestro interior, fortalecernos en Dios para poder encontrar las herramientas de salir de ese entorno o de guardar nuestros corazones alrededor de esas personas.

Estos sentimientos son externos

Si has notado que las personas alrededor mueven tu mundo interior entonces solo me queda decir que puede que tengas miedo al rechazo, falta de límites o people pleasing (complacer a las personas por encima de ti misma).

“Así que, ¡no seas demasiado bueno ni demasiado sabio! ¿Para qué destruirte a ti mismo? Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo? Presta atención a estas instrucciones, porque todo el que teme a Dios evitará caer en ambos extremos.

No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque. No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice. Pues sabes bien de las veces que tú mismo maldijiste a otros.”

-Eclesiastes 7:16-18 & 20-22

Si estás batallando con situaciones externas que invaden tu mente y alma, entonces es bueno entender de dónde vienen tales detonantes. Es bueno evaluar si es un trauma de la niñez, de una relación o relaciones pasadas, de tu adolescencia o algo que no resolviste y quedó marcado en ti.

Es bueno entender que no se debe pasar extremos, como lo dice Eclesiastés. Ser tan bueno que la gente pueda hacer lo que quiera contigo y ser tan malo que te vuelvas necia.

Si cargas el peso de la cristiandad perfecta, como un día yo lo hice, esa forma de pensar que debes estar perfecta o tienes que estar sin mancha para poder sentirte cristiana, este peso debes quitárselo.

La mejor manera de hacer eso es buscando ayuda de consejeros o psicólogos cristianos y ver cómo las personas imperfectas a tu alrededor o en YOUTUBE se dejan usar por Dios.

Muchas personas son honestas y se abrirán en el tema de su humanidad para que puedas ser inspirada

Estos sentimientos son internos

Si después de investigar de dónde vienen estos sentimientos y te has dado cuenta de que son internos y que no tiene que ver nada con vías externas ni de tu pasado o traumas.

Entonces es bueno analizar qué cosas te dices a diario y en qué meditas todos los días. Si tus constantes palabras frente al espejo de ti misma son negativas entonces es bueno poner en orden esos pensamientos y llevarlos cautivos a la obediencia de Cristo.

Si lo que piensas/meditas en el día siempre es negativo, es bueno tratar de buscar ayuda externa de personas sabias y pedirles a las personas que te quieren y te conocen que describa una cualidad o cualidades de ti que más les gusta.

Muchas veces lo que para uno es normal, para otro es algo que es de admirar, muchas veces nos vemos muy distorsionadamente por los ajetreos de la vida diaria, vemos lo que hacemos como algo normal o insignificante.

La realidad es que es bueno de vez en cuando escuchar algún halago o piropo o escuchar que lo estás haciendo bien. Esos toques de palabras de vez en cuando le da un poco de color a nuestras vidas, es como regar una plantita muerta y darle un poquito amor.

La realidad es que somos seres que conectamos con lo externo y cuando nos mantenemos mucho en lo interno sin darnos cuenta de nuestro entorno o vemos hasta los piropos como cualquier cosa nuestra vida comienza a ser un poco frustrante, ahogante, nos sentimos sin esperanza.

La falta de pensamientos bonitos, palabras buenas, cosas externas que nos ayuden a mejorar como escuchar un pódcast o un video de YouTube que hable de las mujeres como tú de una manera buena.

Es bueno ver lo lindo que Dios creó al ser humano:

“¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.”

-Salmos 139:14

Cuando mantenemos una vida de quejas internas y nos vemos siempre muy gorda, muy flaca, muy blanca, muy morenita… Etc. dejamos de ver la hermosura de quien soy ahora y de lo que Dios está haciendo conmigo y a través de mi.

La mejor manera de saber lo externo y también lo interno es pedirle a Dios que escudriñe tu corazón y que saque a luz todo lo que no es de él y que tiene que ser sanado. Que te dé el entendimiento de por qué tales sentimientos.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.”

-Salmos 139:23-24

PS: puede haber razones médicas o falta de alguna vitamina en tu sangre o cuerpo en general, alguna deficiencia o causa médica razonable, que pueda causar este tipo de sentimientos. Tu ciclo menstrual o tus hormonas pueden hacer que te sientas de esta manera. Debes preguntarle a un médico: “¿Existen condiciones médicas que podrían estar contribuyendo a mi depresión y sensación de ahogo?”

Resumen

• Ver si los sentimientos de ahogo, deprimente, de desesperanza vienen por vías internas o externas.
• Si es externo, ver en el entorno que estás y que puedes hacer para cambiarlo, mejorar como trabaja tu mente y dejando que Cristo la renueve para que puedas estar en situaciones donde situaciones externas no te afecten.
• Si es interno, ver cuál es tu diálogo/monólogo interno y ver si ves lo que haces como que no tiene valor.

Preguntas de autorreflexión

• ¿Cómo puedo identificar los factores que contribuyen a mi sensación de desesperanza?
• ¿Qué papel juegan los eventos traumáticos en mis sentimientos de ahogo y depresión?
• ¿Cómo influyen las relaciones personales en mi estado emocional actual?
• ¿Qué cambios en mi vida pueden estar causando estos sentimientos de desesperanza?

¡Nos vemos en la próxima!